domingo, 9 de mayo de 2010

La psicología de la personalidad

Con frecuencia hacemos uso de expresiones que hacen referencia a la personalidad, como "tiene una gran personalidad". Aunque se pueden nombrar muchas cualidades hay cosas que la gente no sabe expresar si no es haciendo uso de esa palabra: personalidad. Con esta palabra se intenta captar la esencia de otra persona, reduciendo una gran cantidad de sus características a un conjunto más concreto de cualidades. Para crear este concepto sobre los demás, la gente se basa en lo que los demás hacen y dicen, y en cómo lo hacen, lo que diferencia a cada individuo.
Todas las personas llevan a cabo el papel de psicólogo al dedicar tiempo a averiguar cómo son los demás y por qué se comportan de esa manera. La diferencia con los psicólogos de la personalidad radica en el uso del término personalidad. Los psicólogos llevan décadas discutiendo sobre el concepto y ofreciendo muchas alternativas de definición, sin embargo, la gente lo emplea como un concepto definido, generalmente para atribuir a una persona cualidades coherentes en el tiempo y originadas en su interior. Sí, por ejemplo, una persona habla mucho en el trabajo, en casa y en las fiestas, y esto se mantiene durante años, las personas a su alrededor incluirán la cualidad habladora cuando se refieran a la personalidad de esta persona. Además, mediante este concepto la gente transmite la idea de que la conducta se origina en el interior de las personas. Esta coherencia en el tiempo y el origen interior se relacionan cuando la gente trata de predecir y comprender tanto la conducta propia como la de los demás. Por ejemplo, si vamos a elegir un compañero para una tarea, le daremos mucha importancia a las cualidades que le asignamos a su personalidad. La gente también usa el concepto de personalidad para referirse a las cualidades más destacables e importantes de los demás. Por ejemplo, si decimos que alguien tiene una personalidad sincera, es porque esa cualidad destaca mucho en ella, y si decimos que tiene una personalidad agresiva, esperamos que responda de manera hostil la mayoría de las veces. Estas cualidades destacables en las personas son las más importantes para predecir su conducta y distinguirla de la de los demás. A partir de ello, la gente crea una definición de personalidad basada en la coherencia, la causalidad interna y la distintividad personal, y lo cierto es que todas las definiciones de personalidad realizadas por la psicología incorporan estas características.
Los psicólogos Charles S. Carver y Michael F. Scheier proponen esta definición, adaptada de la propuesta por Gordon Allport en 1961: "La personalidad es la organización dinámica, dentro del individuo, de los sistemas psicofísicos que crean patrones característicos de conducta, pensamiento y sentimientos". Esta definición muestra los aspectos más importantes del concepto de personalidad:
- No es un acumulación de partes, sino una organización de estas partes.
- Tiene procesos, es activa.
- Es un concepto psicológico unido al organismo físico.
- Es una fuerza causal, participa en la forma en la que el individuo se relaciona con el mundo.
- Se muestra en patrones, recurrencias y coherencias.
- Se muestra de varias maneras: en conductas, pensamientos y sentimientos.
Estos aspectos deben formar parte de toda definición de personalidad. Sin embargo, esta definición no contiene todos los aspectos implicados en la personalidad, que son los responsables de la gran variedad de propuestas de definición realizadas por los psicólogos.
Todo esto pone de manifiesto dos ideas fundamentales en el estudio de la personalidad: las diferencias individuales y el funcionamiento intrapersonal. Por una lado, cada persona es diferente de las demás, ya que no existen dos personalidades iguales. El concepto de personalidad nos sirve para distinguir entre individuos, por lo que claramente no puede haber dos iguales. Por otro lado, la personalidad es dinámica, no nos hace comportarnos igual ante las diferentes situaciones que se nos plantean. Los procesos comprendidos en nuestra conducta son los mismos aunque nos comportemos de diferente manera en diferentes situaciones.

Las teorías de la personalidad

Una teoría es un conjunto de ideas relacionadas entre sí propuestas para explicar un fenómeno. Las teorías deben describir y explicar los fenómenos que las componen y predecir información sobre la cual todavía no tenemos certeza de conocer. Además, deben explicar el fenómeno usando el mínimo posible de conceptos (parsimonia) y deben producir interés (estimulación). El término metateoría hace referencia al conjunto de suposiciones que sirven de guía y dentro de las cuales se desarrollan las teorías. Usamos como sinónimo la palabra perspectiva para distinguir las distintas orientaciones sobre la personalidad. Pueden destacarse las siguientes perspectivas:
- La perspectiva disposicional, basada en la coherencia de los actos, pensamientos y sentimientos de la gente a lo largo del tiempo. Estas cualidades (disposiciones) están profundamente arraigadas en las personas, de alguna manera, aunque a veces se muestren de manera distinta. Pone mucho énfasis en las diferencias individuales. Cada individuo presenta un patrón de disposiciones único. Los teóricos de esta perspectiva se aproximan al concepto de disposiciones de dos maneras diferentes: el modelo de rasgos y tipos y el modelo de necesidades y motivos.
- La perspectiva biológica, derivada de la disposicional pero centrada en el hecho de que el ser humano es una criatura biológica. Presenta dos corrientes teóricas, una más centrada en la genética y otra en la fisiología. Los teóricos de la primera creen que muchas de las disposiciones son heredadas y que la conducta humana es fruto de la presión evolutiva. Los teóricos de la segunda creen que la conducta humana es fruto de un sistema biológico complejo y por lo tanto se ve influenciada por los procesos biológicos. Sus estudios se centran en conocer el funcionamiento de los sistemas biológicos para entender de qué manera influyen en la personalidad.
- La perspectiva psicoanalítica, iniciada por Sigmund Freud, basada en que la personalidad es un conjunto de fuerzas internas que compiten y están en conflicto, a veces trabajando en armonía y otras en oposición. Centran su interés en la dinámica de estas fuerzas y en la manera en que la conducta sale de ellas. Le dan mucha importancia a los procesos inconscientes. Apoyan las teorías darwinianas de que el ser humano es un animal cuya meta es la reproducción. En su propuesta la experiencia humana está llena de lascivia y agresión, y en general dan mucha importancia al papel de la sexualidad en el desarrollo de la personalidad.
- La perspectiva neoanalítica, derivada de la psicoanalítica, no es una perspectiva propiamente dicha sino una evolución de ésta. Sin embargo, son lo suficientemente diferentes como para tratarlas por separado. Dan más importancia a la influencia de las relaciones sociales sobre la personalidad.
- La perspectiva del aprendizaje, más centrada en el cambio de conducta que en su coherencia. La conducta humana cambia constantemente como resultado de la experiencia, y la personalidad es la suma integrada de todo lo que se ha aprendido.
- La perspectiva fenomenológica, basada principalmente en dos ideas. En primer lugar, consideran que la experiencia subjetiva de cada uno es importante, significativa y única. Son vitales la individualidad y el hallazgo del propio camino hacia la esencia interna del ser. En segundo lugar, todo el mundo tiende a la autoperfección. La autodeterminación es muy importante. En definitiva, la personalidad surge de la unicidad interna y de lo que el individuo decida hacer.
- La perspectiva de la autorregulación cognitiva, que basa la personalidad en los procesos cognitivos. Utilizan la metáfora de la naturaleza humana como una máquina. El sistema nervioso es un sistema que procesa y almacena la información como un ordenador. Estos procesos se ven reflejados en la personalidad. Las personas son un sistema autorregulado que establece metas y supervisa su progreso.
Aunque estas perspectivas difieren bastante en los argumentos que defienden, lo cierto es que tienen cosas en común. Además, exceptuando el psicoanalismo, se centran en aspectos concretos de la personalidad y no buscan explicarla completamente. Todas ellas aportan una parte a la explicación completa de la personalidad.

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